Barça: el albatros al cuello del FC Barcelona

Se han disparado las señales de humo. El Barcelona lidera la tabla de LaLiga por trece puntos. Con solo cinco juegos restantes, son grandes favoritos para reclamar su primer título de liga en cuatro años. No han tenido que esperar tanto en casi veinte años.

Sin embargo, el ambiente alrededor del Camp Nou está lejos de ser jubiloso. Hay nubes oscuras en todas direcciones, una sensación de caos, una fragilidad en el aire que debería haber estado denso de alegría.

Este mes de marzo se hizo pública la información sobre un pago de 7,2 millones de dólares de Barcelona a una empresa llamada Dasnil95. Dasnil95 estuvo dirigido por José María Enríquez Negreira, durante mucho tiempo vicepresidente del Comité Español de Árbitros.

Según los registros oficiales, el Barcelona utilizó los servicios de Dasnil95 para realizar informes técnicos sobre árbitros y jugadores jóvenes, una práctica común, según muchos, pero en cantidades muy por encima del precio de mercado. Aunque le paguen más de diecisiete años, una cifra que merece un microscopio.

Este es ahora un caso que lleva la Fiscalía de Barcelona. El comunicado de la fiscalía decía: "A través de los presidentes Rosell y Bartomeu, el Barcelona ha firmado y mantenido un acuerdo verbal estrictamente confidencial con el imputado Negreira, para que en su calidad de vicepresidente de la comisión arbitral y a cambio de dinero, realizar acciones encaminadas a favorecer a Barcelona en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos disputados por el club, y por tanto en los resultados de las competiciones.”

Estos informes se descubrieron durante una auditoría fiscal periódica y se han extendido como la pólvora. Un título como "Barcelona declarado culpable de pagar a una empresa del vicepresidente de la comisión de árbitros" no puede pasar desapercibido. Todo el mundo tenía una opinión. El más fuerte vino del presidente de LaLiga, Javier Tebas.

"Este es el peor momento del fútbol español".

Igual de atronador fue el contraataque del Barcelona. El presidente del club, Joan Laporta, comenzó con algunos golpes, negando haber actuado mal, antes de decir que emprendería acciones legales contra las principales publicaciones que han atacado y difamado la imagen pública de Barcelona. Más recientemente, en una conferencia de prensa, afirmó categóricamente que los informes de Dasnil95 eran solo técnicos y estaban completamente dentro de los límites legales. También recibió un golpe cuidadosamente organizado en La Liga y la UEFA.

"Nada es casualidad. Esta campaña llega justo cuando empezamos a estar mejor económicamente, somos líderes de LaLiga y necesitamos apoyar al equipo más que nunca. Llega también cuando estamos metidos en la búsqueda de una nueva forma de mejorar el fútbol (de la Superliga)... el jefe de La Liga ha recurrido a la UEFA para sumar su peso a esta campaña contra nosotros".

Este caso va mucho más allá de un simple avión acusado-acusado. Sancionar al Barcelona solo será posible con pruebas concretas presentables en juicio. De lo contrario, la RFEF (Federación Española de Fútbol) y LaLiga no podrán actuar.

Para Barcelona y Laporta, sin embargo, hay más en juego.

Barça: el albatros al cuello del FC Barcelona

Se han disparado las señales de humo. El Barcelona lidera la tabla de LaLiga por trece puntos. Con solo cinco juegos restantes, son grandes favoritos para reclamar su primer título de liga en cuatro años. No han tenido que esperar tanto en casi veinte años.

Sin embargo, el ambiente alrededor del Camp Nou está lejos de ser jubiloso. Hay nubes oscuras en todas direcciones, una sensación de caos, una fragilidad en el aire que debería haber estado denso de alegría.

Este mes de marzo se hizo pública la información sobre un pago de 7,2 millones de dólares de Barcelona a una empresa llamada Dasnil95. Dasnil95 estuvo dirigido por José María Enríquez Negreira, durante mucho tiempo vicepresidente del Comité Español de Árbitros.

Según los registros oficiales, el Barcelona utilizó los servicios de Dasnil95 para realizar informes técnicos sobre árbitros y jugadores jóvenes, una práctica común, según muchos, pero en cantidades muy por encima del precio de mercado. Aunque le paguen más de diecisiete años, una cifra que merece un microscopio.

Este es ahora un caso que lleva la Fiscalía de Barcelona. El comunicado de la fiscalía decía: "A través de los presidentes Rosell y Bartomeu, el Barcelona ha firmado y mantenido un acuerdo verbal estrictamente confidencial con el imputado Negreira, para que en su calidad de vicepresidente de la comisión arbitral y a cambio de dinero, realizar acciones encaminadas a favorecer a Barcelona en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos disputados por el club, y por tanto en los resultados de las competiciones.”

Estos informes se descubrieron durante una auditoría fiscal periódica y se han extendido como la pólvora. Un título como "Barcelona declarado culpable de pagar a una empresa del vicepresidente de la comisión de árbitros" no puede pasar desapercibido. Todo el mundo tenía una opinión. El más fuerte vino del presidente de LaLiga, Javier Tebas.

"Este es el peor momento del fútbol español".

Igual de atronador fue el contraataque del Barcelona. El presidente del club, Joan Laporta, comenzó con algunos golpes, negando haber actuado mal, antes de decir que emprendería acciones legales contra las principales publicaciones que han atacado y difamado la imagen pública de Barcelona. Más recientemente, en una conferencia de prensa, afirmó categóricamente que los informes de Dasnil95 eran solo técnicos y estaban completamente dentro de los límites legales. También recibió un golpe cuidadosamente organizado en La Liga y la UEFA.

"Nada es casualidad. Esta campaña llega justo cuando empezamos a estar mejor económicamente, somos líderes de LaLiga y necesitamos apoyar al equipo más que nunca. Llega también cuando estamos metidos en la búsqueda de una nueva forma de mejorar el fútbol (de la Superliga)... el jefe de La Liga ha recurrido a la UEFA para sumar su peso a esta campaña contra nosotros".

Este caso va mucho más allá de un simple avión acusado-acusado. Sancionar al Barcelona solo será posible con pruebas concretas presentables en juicio. De lo contrario, la RFEF (Federación Española de Fútbol) y LaLiga no podrán actuar.

Para Barcelona y Laporta, sin embargo, hay más en juego.

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