NovaXS recauda el primer millón de dólares para fabricar medicamentos autoadministrados indoloros

"¿Cuántos de ustedes tienen miedo a las agujas?" Alina Su le pregunta a su audiencia mientras comienza a presentar su nueva empresa NovaXS Biotech. El público cambia de asiento. La mayoría de la gente levanta la mano. “(Ahora) imagina tener que inyectarte agujas 1.000 veces (durante) tres años”. Alina continúa explicando que vio a su hermana soportar esta agonía diaria desde la edad de siete años. De repente, la audiencia está en su lugar, imaginando cómo sería si ellos o un miembro de su familia tuvieran que luchar con una dieta tan dolorosa.

Con esta fascinante introducción a su historia, Alina participó en cinco concursos empresariales y se convirtió en finalista en los cinco. Ella ganó tres de las competencias por completo. Durante este proceso, Alina recaudó su primer millón de dólares para la empresa para que su equipo pudiera construir un prototipo de un nuevo dispositivo para la administración de medicamentos autoadministrados sin necesidad de agujas.

Su apertura capta la atención de la audiencia y proporciona el "ascenso vertical" recomendado por los narradores. Pero Alina demuestra otra habilidad de vital importancia esencial para una fuerte narrativa de innovación. Desglosa el problema en sus componentes al comienzo de la historia y luego los resuelve describiendo las funciones de su producto que resuelven cada uno.

Estamos capacitados para esperar esto del narrador. En el Mago de Oz, por ejemplo, seguimos el camino del Espantapájaros, el Leñador de Hojalata, el León y Dorothy. Aprendemos que el Espantapájaros anhela un cerebro, el Leñador de Hojalata anhela un corazón, el León desea desesperadamente un poco de coraje y Dorothy quiere irse a casa. El público sigue sus aventuras y espera que estos arcos argumentales se resuelvan. Al final, el Espantapájaros recibe un diploma por su sentido común, el León una medalla por su valentía, el Leñador de Hojalata un testimonio de cuánto lo aman y Dorothy termina en Kansas.

Incluso en un lanzamiento rápido de cuatro minutos, Alina puede lograr esta estructura paralela en su historia. Comienza describiendo los tres aspectos del problema que está abordando. El primero es la baja tolerancia del paciente. A las personas les molesta que les pinchen con una aguja todos los días, o simplemente eligen no tomar los medicamentos necesarios porque, en primer lugar, les tienen demasiado miedo a las agujas. El segundo problema es la mala accesibilidad. El proceso de autoadministración correcta del fármaco mediante aguja es tan difícil que la mayoría de los pacientes no tienen más remedio que acudir al hospital para vacunarse. La hermana de Alina, por ejemplo, tuvo que viajar una hora todos los días a un hospital infantil en Beijing durante tres años. Los hospitales también tienen dificultades, ya que no cuentan con el personal adecuado para satisfacer esta necesidad. El tercer problema es la falta de seguimiento. Sin la supervisión adecuada, los pacientes a menudo no toman la cantidad correcta de medicamento en el momento adecuado, y sus médicos y compañías de seguros no tienen evidencia de que el paciente se esté adhiriendo al plan de tratamiento prescrito. El sistema de salud de EE. UU. gasta $39 mil millones cada año para cumplir con las regulaciones.

NovaXS recauda el primer millón de dólares para fabricar medicamentos autoadministrados indoloros

"¿Cuántos de ustedes tienen miedo a las agujas?" Alina Su le pregunta a su audiencia mientras comienza a presentar su nueva empresa NovaXS Biotech. El público cambia de asiento. La mayoría de la gente levanta la mano. “(Ahora) imagina tener que inyectarte agujas 1.000 veces (durante) tres años”. Alina continúa explicando que vio a su hermana soportar esta agonía diaria desde la edad de siete años. De repente, la audiencia está en su lugar, imaginando cómo sería si ellos o un miembro de su familia tuvieran que luchar con una dieta tan dolorosa.

Con esta fascinante introducción a su historia, Alina participó en cinco concursos empresariales y se convirtió en finalista en los cinco. Ella ganó tres de las competencias por completo. Durante este proceso, Alina recaudó su primer millón de dólares para la empresa para que su equipo pudiera construir un prototipo de un nuevo dispositivo para la administración de medicamentos autoadministrados sin necesidad de agujas.

Su apertura capta la atención de la audiencia y proporciona el "ascenso vertical" recomendado por los narradores. Pero Alina demuestra otra habilidad de vital importancia esencial para una fuerte narrativa de innovación. Desglosa el problema en sus componentes al comienzo de la historia y luego los resuelve describiendo las funciones de su producto que resuelven cada uno.

Estamos capacitados para esperar esto del narrador. En el Mago de Oz, por ejemplo, seguimos el camino del Espantapájaros, el Leñador de Hojalata, el León y Dorothy. Aprendemos que el Espantapájaros anhela un cerebro, el Leñador de Hojalata anhela un corazón, el León desea desesperadamente un poco de coraje y Dorothy quiere irse a casa. El público sigue sus aventuras y espera que estos arcos argumentales se resuelvan. Al final, el Espantapájaros recibe un diploma por su sentido común, el León una medalla por su valentía, el Leñador de Hojalata un testimonio de cuánto lo aman y Dorothy termina en Kansas.

Incluso en un lanzamiento rápido de cuatro minutos, Alina puede lograr esta estructura paralela en su historia. Comienza describiendo los tres aspectos del problema que está abordando. El primero es la baja tolerancia del paciente. A las personas les molesta que les pinchen con una aguja todos los días, o simplemente eligen no tomar los medicamentos necesarios porque, en primer lugar, les tienen demasiado miedo a las agujas. El segundo problema es la mala accesibilidad. El proceso de autoadministración correcta del fármaco mediante aguja es tan difícil que la mayoría de los pacientes no tienen más remedio que acudir al hospital para vacunarse. La hermana de Alina, por ejemplo, tuvo que viajar una hora todos los días a un hospital infantil en Beijing durante tres años. Los hospitales también tienen dificultades, ya que no cuentan con el personal adecuado para satisfacer esta necesidad. El tercer problema es la falta de seguimiento. Sin la supervisión adecuada, los pacientes a menudo no toman la cantidad correcta de medicamento en el momento adecuado, y sus médicos y compañías de seguros no tienen evidencia de que el paciente se esté adhiriendo al plan de tratamiento prescrito. El sistema de salud de EE. UU. gasta $39 mil millones cada año para cumplir con las regulaciones.

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